
- Oiga, Horwitz –le dije-. ¿Pasa usted alguna vez por el lago Central Park?¿El que está en Central Park South?
-¿El qué?
- El lago, ya sabe. Ese lago pequeño que hay ahí. Donde están los patos. Ya sabe.
- Sí.¿Que pasa con ese lago?
-¿Sabe?¿Esos patos que hay siempre nadando por ahí? En la primavera y eso. ¿Sabe por casualidad adónde van en invierno?
- Adónde va, ¿quién?
- Los patos. ¿los sabe por casualidad? Quiero decir, ¿viene alguien a llevárselos a alguna parte en un camión, o se van ellos por su cuenta, al sur o algo así?
El tal Horwitz se volvió en redondo para mirarme. Era uno de esos tíos que no tienen ninguna paciencia. Pero no era mala persona.
- ¿Cómo demonios quieres que lo sepa? –dijo-.¿Cómo demonios quieres que sepa una estupidez así?
- Bueno, no se enfade por eso –dije. Estaba enfadado o algo así.
-¿Quién se enfada? Nadie se enfada.
Dejé de hablar con él ya que se tomaba las cosas tan a pecho. Pero fue él quien empezó otra vez la conversación. Se volvió otra vez en redondo y dijo:
- Los peces no van a ningún sitio. Se quedan donde están. Ahí, en el maldito lago.
- Lo de los peces es diferente. Los peces son diferentes. Yo hablo de los patos –dije.
- ¿Como que es diferente? No es nada diferente –dijo Horwitz. Siempre que decía algo sonaba como si estuviera enfadado por algo -. Es peor para los peces, el invierno y todo eso, que para los patos. A ver si pensamos un poco, rediós.
Durante un minuto no dije nada. Luego dije:
-Bueno. ¿qué hacen los peces cuando todo el lago es un bloque de hielo y la gente patina encima y todo eso?
Horwitz se volvió otra vez:
-¿Cómo que qué demonios hacen? –me gritó-. Se quedan donde están, rediós.
- No pueden hacer como si no hubiera hielo. No pueden hacer como si nada
-¿Quién hace como si nada? Nadie hace como si nada –dijo Horwitz. Estaba tan excitado que me dio miedo que fuera a estrellar el taxi contra una farola o algo así-.Viven dentro del puñetero hielo. Es la naturaleza de ellos, Santo Dios. Se quedan helados en la postura que sea para todo el invierno.
"El guardián entre el centeno" J.D.Sallinger
-¿El qué?
- El lago, ya sabe. Ese lago pequeño que hay ahí. Donde están los patos. Ya sabe.
- Sí.¿Que pasa con ese lago?
-¿Sabe?¿Esos patos que hay siempre nadando por ahí? En la primavera y eso. ¿Sabe por casualidad adónde van en invierno?
- Adónde va, ¿quién?
- Los patos. ¿los sabe por casualidad? Quiero decir, ¿viene alguien a llevárselos a alguna parte en un camión, o se van ellos por su cuenta, al sur o algo así?
El tal Horwitz se volvió en redondo para mirarme. Era uno de esos tíos que no tienen ninguna paciencia. Pero no era mala persona.
- ¿Cómo demonios quieres que lo sepa? –dijo-.¿Cómo demonios quieres que sepa una estupidez así?
- Bueno, no se enfade por eso –dije. Estaba enfadado o algo así.
-¿Quién se enfada? Nadie se enfada.
Dejé de hablar con él ya que se tomaba las cosas tan a pecho. Pero fue él quien empezó otra vez la conversación. Se volvió otra vez en redondo y dijo:
- Los peces no van a ningún sitio. Se quedan donde están. Ahí, en el maldito lago.
- Lo de los peces es diferente. Los peces son diferentes. Yo hablo de los patos –dije.
- ¿Como que es diferente? No es nada diferente –dijo Horwitz. Siempre que decía algo sonaba como si estuviera enfadado por algo -. Es peor para los peces, el invierno y todo eso, que para los patos. A ver si pensamos un poco, rediós.
Durante un minuto no dije nada. Luego dije:
-Bueno. ¿qué hacen los peces cuando todo el lago es un bloque de hielo y la gente patina encima y todo eso?
Horwitz se volvió otra vez:
-¿Cómo que qué demonios hacen? –me gritó-. Se quedan donde están, rediós.
- No pueden hacer como si no hubiera hielo. No pueden hacer como si nada
-¿Quién hace como si nada? Nadie hace como si nada –dijo Horwitz. Estaba tan excitado que me dio miedo que fuera a estrellar el taxi contra una farola o algo así-.Viven dentro del puñetero hielo. Es la naturaleza de ellos, Santo Dios. Se quedan helados en la postura que sea para todo el invierno.
"El guardián entre el centeno" J.D.Sallinger
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