dissabte, 13 de desembre del 2008

Fumadors passius


El cinco de agosto, a las ocho, la calígine cubría la ciudad. Liviana, en absoluto estorbaba la respiración, y se presentaba bajo apariencia singularmente opaca. Parecía, por otra parte, vigorosamente teñida de azul.

Fue cayendo en capas paralelas. Al principio cabrilleaba a veinticinco centímetros del suelo, por lo que lo caminantes no podían verse los pies. Una mujer que vivía en el número 22 de la calle Saint Braquemart, dejó caer la llave en el momento de entrar en su casa, y no la podía encontrar. Seis personas, entre las que se contaba un bebé, acudieron en su ayuda. Entretanto, a la segunda capa le dio por caer, y se pudo encontrar la llave, pero no al bebé que, impaciente por escapar del biberón y conocer los placeres del matrimonio y el asentamiento de cabeza, prefirió largarse al amparo del meteoro. Mil trescientas sesenta y dos llaves y catorce perros se extraviaron, de tal manera, durante la primera mañana. Cansados de vigilar en vano sus flotadores, los pescadores se volvieron majaras y se fueron a cazar.

Boris Vian
L’Amour est Aveugle (1949)